Observación e investigación del océano: una prioridad mundial
El océano es un componente integral del sistema climático del planeta. Éste cubre el 71% de la superficie de la Tierra y actúa como un almacén natural de calor y carbono. El océano absorbe más del 90% del exceso de calor y, aproximadamente, el 30% del dióxido de carbono asociado a las actividades humanas.
El océano es también una de las principales reservas de biodiversidad en el mundo, ya que constituye más del 96% del espacio habitable del planeta en el que viven más de 200.000 especies conocidas. Además del papel que juega en la regulación del tiempo y el clima de nuestro planeta, el océano proporciona oxígeno, energía y alimento, y contribuye a la riqueza económica de los países de forma significativa. Las industrias de la economía azul, como el turismo, la acuicultura, la pesca y el transporte marítimo, proporcionan empleo a más de tres mil millones de personas y, el valor de los mercados de los recursos marinos y costeros y su industria se estiman en 2,5 billones de euros por año, lo que supone el 5% del PIB mundial.
En las últimas décadas, el océano se ha visto afectado por la presión de las actividades del ser humano (sobrepesca, contaminación, desarrollo urbanístico o extracción de recursos), así como por los efectos del cambio climático. Éste ocasiona cambios en los patrones climáticos, olas de calor marinas, deshielo, aumento del nivel del mar, acidificación y disminución del oxígeno disuelto. Todos estos cambios podrían poner en peligro, de forma irreversible, la salud del océano, así como comprometer la economía, la calidad de vida y el bienestar social de genereaciones actuales y futuras
En este contexto, la observación e investigación del océano se convierte en una prioridad a nivel mundial. Es por ello que, la ONU proclama el periodo 2021-2030 como la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible, y lo hace con un objetivo claro: “(...) movilizar a la comunidad científica, pero también a los gobiernos, a los gestores de políticas públicas, a las empresas y a la sociedad civil en torno a un programa común de investigación y de innovación (...)”. Esta iniciativa va encaminada a reforzar y diversificar las fuentes de financiación con el fin de conseguir el Objetivo 14 de la Agenda 2030: “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”.
